Dominum et vivificantem
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   Encíclica de Juan Pablo II publicada en la Solemnidad de Pentecostés, el 18 de Mayo de 1986. El centro de atención es la persona del Espíritu Santo, en una perspectiva trinitaria.
   Hermoso texto para una reflexión catequística sobre el Espíritu, Señor de vida y fuente de gracia. Ofrece una visión de la acción del Espíritu Santo en la Iglesia de Jesús.
   Se presenta al terminar el milenio y el siglo, como catequesis sistemática sobre el Espíritu de Dios, tercera per­so­na de su Sagrada Trinidad.
   El corazón de la Iglesia se dirige al Espíritu Santo al comienzo de una nueva época, milenio, siglo. En el Espíritu está la fuente de la esperanza. Es lo que hacen los seguidores de Jesús, que no pueden tener miedo ante lo que se ini­cia, sino confiar en Dios.